La mayor amenaza que se cierne sobre las serpientes, y de hecho sobre otros muchos seres vivos, es la destrucción del hábitat. A ello se añaden otros factores diversos tales como uso de herbicidas químicos, fertilizantes contaminantes, introducción de especies alóctonas, las masacres gratuitas que todavía hoy se producen, y la captura de serpientes salvajes con fines comerciales, factores todos ellos que de manera muy notable tienen incidencia sobre la disminución del número de especies.

Sobre el comercio en particular, hay que decir que la demanda de serpientes es enorme: cada año se trafica a nivel internacional con decenas de miles de serpientes vivas, millones de pieles e innumerables artículos de marroquinería, en su mayoría monederos, carteras, zapatos , bolsos, y otros. aunque algunas serpientes comercializadas provienen de criaderos, la gran mayoría, según la World Wildlife Fund (WWF), son ejemplares salvajes capturados en su medio natural, y algunas de ellas son pertenecientes a especies protegidas o diezmadas.

En España la conservación de serpientes presenta un problema añadido a los habituales en cualquier especie de animal salvaje, pues ellas tienen muy mala fama y en la actualidad siguen muriendo muchos ejemplares a causa de la ignorancia de la gente. Prejuicios tradicionales (aún es posible oir por ahí que las serpientes beben leche o que hipnotizan a los pájaros, entre otros disparates) que hacen que cualquier encuentro con un ser humano pueda acabar con la muerte del reptil.
Y ni siquiera las víboras son peligrosas salvo que se las moleste.

Quien de verdad defienda a los animales, debe colaborar en la protección de las serpientes. Se trata de defender la Naturaleza con la sensibilidad y la competencia del herpetólogo, y librar la misma batalla que los defensores de las cigüeñas, los osos, o las ballenas. Porque también las serpientes son parte integrante del patrimonio de la biosfera.
Quizás puedas entonces preguntarte qué puedes hacer tú en esa lucha.

Un buen primer paso es llegar a estar bien informado a través de libros, magazines y programas de televisión (documentales, reportajes) sobre serpientes y conservación.

Se puede ser más efectivo si se actúa en grupo, en el seno de asociaciones herpetológicas o conservacionistas en general, que hay en casi todas las ciudades del mundo, así como organizaciones internacionales que llevan a cabo diversas actividades de conservación y preservación del hábitat.

Jamás comprar, adquirir o aceptar productos hechos de serpiente o restos de ella.

Y muy importante, concienciar a las personas de tu entorno más próximo que las serpientes han de contemplarse con perspectiva de interés, y nunca de temor.

Todo ello puede ayudar a las serpientes a poder sobrevivir y seguir formando parte de la Biodiversidad de nuestro planeta.


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